Ya hace casi dos años que hemos escuchado hablar mucho sobre la Ley de Protección de datos. En torno a esta han surgido muchas preguntas como qué es y que protege realmente entre otras. Pues bien, vamos a contestar todas ellas.

Qué es la Ley de Protección de datos

Son muchos los organismos y empresas que tienen nuestros datos, ¡incluso muchos más de los que te imaginas! Y muchos profesionales que manejan miles de datos, incluso millones, aún no son conscientes por completo sobre estas nuevas normativas y cómo deben aplicarlas a los datos obtenidos.

Tanto la esta ley como el Reglamento de Protección de Datos existen para marcar unos límites en el uso de los datos que tenemos de usuarios. Cualquier negocio, ya sea online o no, incluso una web o blog, debe cumplir con ambos.

No hay que olvidar que la información de clientes y usuarios es uno de los pilares de cualquier negocio, por lo que protegerla, es proteger nuestro negocio y modo de vida. Por tanto, hay que generar un ambiente de confianza en el que la persona sepa sin tapujos ni letras pequeñas de qué manera se van a tratar los datos que nos ofrezca.

¿Cuáles son las diferencias entre la Ley de Protección de Datos y el Reglamento de Protección de Datos?

La comparativa es simple: la Ley es a nivel nacional, mientras que el reglamento es una regulación europea. Este último no necesita de una ley para ser implementado, simplemente aterriza y hay que cumplirlo, de manera directa e inmediata.

Bien, la nueva Ley Orgánica de Protección de Datos tiene el principal objetivo de adaptar el reglamento de forma nacional, así que no se pueden saltar ninguna de sus normas o principios.

España, curiosamente, fue uno de los países pioneros en proteger los datos de los usuarios cuando en la Constitución Española se creó un apartado que decía que la ‘ley limitará el uso de la informática con el fin de garantizar el honor y la intimidad personal y familiar de todos los ciudadanos así como su pleno ejercicio a sus derechos’.

No hay duda de que los datos personales, los cuales a veces damos incluso sin darnos cuenta, afectan a nuestra intimidad, a nuestra privacidad y a nuestra seguridad. Es por ello importante, que todos aquellos que tratan datos no vulneren estos derechos y libertades.

Esta nueva ley obliga a los ‘recogedores’ de datos a especificar de manera directa y clara lo que harán con ellos, y los usuarios, deben dar su consentimiento expreso para usarlos en todos, o en algunos o ninguno de los objetivos.

Por tanto, se acabaron las políticas de privacidad escritas en latín, o aquellas que no eran claras y que si no se aceptaban prohibían el acceso a ciertos servicios o productos. Y por supuesto, ya no tendremos que enviar miles de emails rogando que nos den de baja de sus emails. Todo es más fácil para el usuario, pero no nos equivoquemos, también para las empresas.